Una foto de fotomatón que vale siete millones de dólares
Aunque la mayoría de los fotomatones son elementos que se utilizan en familia, junto con nuestros amigos y cercanos, en fiestas, eventos y demás sitios similares, lo cierto es que nunca nadie esperaría que la foto que se toma con un fotomatón un día, más de cincuenta años después pueda valer siete millones de dólares.
Hablamos del primer autorretrato de Andy Warhol, que se hizo en un fotomatón de Nueva York, y que en muy breve saldrá a subasta en la famosa casa de subastas Sotheby’s. Diez centavos costó la tira de estas fotografías en un fotomatón de la gran manzana, una inversión ínfima en comparación a los algo más de 7 millones de dólares que se pagarán por ella.
Uno de los primeros selfies del mundo
Los expertos creen que esta fotografía, que había permanecido oculta en manos privadas hasta hace poco, fue uno de los primeros selfies que se realizaron. Pero no sólo esta razón ha sido suficiente para darle ese valor a la fotografía, ya que según los entendidos, la imagen se identifica como la que marcó el paso del artista pop a celebridad en Warhol.
Ni siquiera el mismo Warhol, de hecho, imaginaba que lo que estaba haciendo tendría tan gran acogimiento a lo largo y ancho del mundo a cincuenta años después, una época en la que casi cualquier momento merece sacar la cámara o el móvil e inmortalizarnos con un selfie. En palabras del propio artista, “en el futuro todo el mundo será mundialmente famoso durante 15 minutos”. No podría estar más en lo cierto, viendo cómo avanzan las Redes Sociales.
Y una pieza de arte contemporáneo muy importante
Según James Sevier, el especialista en arte contemporáneo de Sotheby’s, estos primeros autorretratos del artista son completamente relevantes para nuestra cultura contemporánea. Aunque lo cierto es que para cuando estas fotografías fueron convertidas en arte, el artista ya había fotografiado a célebres figuras como Marilyn Monroe, Elizabeth Taylor o Elvis Presley.
Para Warhol, cuyo arte y personalidad tenían un marcado carácter preocupado con respecto a la mortalidad, el fotomatón sirvió para crear arte con sus propios retratos. Le encantaba el fotomatón, según James Sevier, porque Warhol era un gran demócrata. La perspectiva de que en un fotomatón, en el futuro, cualquiera pudiera hacerse un autorretrato por diez centavos fuera de la escala social que fuera, era fantástica. Según palabras de este experto, Warhol habría encajado a la perfección con la sociedad actual.